enunciación sin templo fijo

martes, 14 de septiembre de 2010

Lunespejo

I


las ramas de los árboles se visten de alas negras
aves colorciudad que descienden a esperar el crepúsculo
hora zero de las sombras tímidas
todos ven y nadie observa
la luna en las ventanas de la geografía multiplicada
su reflejo en ondulados cables
donde otras alas se guardan
eléctricas
al compás impronunciable de los electrones ciegos

es la esquina de una fotografía colorcuidad sin sepia
ahí cabe la luna y cabe un hombre que la mira con sombrero
sus ojos desorbitados sombrilla en mano
contempla la luna en el escaparate
sobre una medialuna de hojaldre

no muy lejos la estrella seductora
noche y día de su astro
se insinúa sobre las escamas de una empanada

es la hora de los grises y sus piernas inmóviles:
él no piensa detenerse de mirar veloz
sus ojos se arrojan sobre el aparador como un águila
atiende el milagro de un apareamiento
con la luna
el hombre copula con la imagen del mundo
cohete que explora universos en hojaldre

escucha una voz, podría ser la suya
quizás dijo luna dijo aurora dijo nada
quebrando el silencio como rayos de sol en el desierto
escurren
por su nuca transpirando voz
primera imagen que desliza su humedad
en el inframundo de las vértebras

relámpago imaginante

inunda los caminos psíquicos

filigrana de sus vellos se disparan

ahora la ve más luz y menos luna
su brillo arroja un porvenir y él lo toma con la lengua
lamiendo el sentido que se evapora en el vidrio:
ahí un destello confunde los límites entre cristales
y el tiempo se convierte en una máquina de soles líquidos


luna o medialuna el vaho en el vidrio
su voz como un soplo de jáos
espiga lúcida sobre el pan la luna
se desnuda en el aparador
y arroja
una chispa de simiente lógica

en ella vino un trueno
vino el habla de su boca estruendo lúcido
en su lengua hace el amor con su sexo parlante
y al compás de los fotones resbalan de sus labios

luces, vida, aire,
el mundo se cruza con el eco de una estrella que también se agita
en el hojaldre
una ola
revienta su espuma
el beso de la sílaba aborigen
rompe el cristal en el nombre de las cosas
la luna toda ahí en sus ojos vientre la brújula loca
desorbitada:
ahora va a mirar las lunas en los charcos
órbitas en vidrios en los coches
él las va a mirar ráfagas breves
con las pupilas
y hablará a la luna
romperá un silencio en su quijada ácida

inmóvil
relámpago imaginante
menos luna las verá en nuevos espejos
cráteres en los objetos que se tienden a esperar el crepúsculo
lunaspejos los va a mirar
destello lógico sus ojos quebrarán mil veces

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