enunciación sin templo fijo

domingo, 15 de agosto de 2010

A propósito de Blanchot

"Dentro de su sueño, nada, nada sino el deseo de soñar" Blanchot

Ella no sabe nada.
Ni si olvida o si ama o si recuerda.
Nada
de la apertura de su sexo o el resplandor de su sonrisa,
si el otro la izó hasta el cielo, la hizo,
y ahora la llama estrella.
Si aquel otro Otro nunca la necesitó.
Si las lágrimas saben a sal,
y la sal a dolor, no lo sabe.
Ella no sabe nada,
nadie la cuestiona, vive
más alla de las murallas de cristal
de la ciudad, nada
sobre la vida de sus padres, una tormenta,
sobre las horas encerrada en su habitación
con golpes en la espalda, se retuerce sobre cubierta.
Nada, nada,
nada.
No sabe, nada.
Si así llegó al mundo o aprendió la indiferencia,
como doctrina o arte,
si cayó, muy profundo, en el futuro,
después de muerta.
Ella no sabe nada del silencio.
Su belleza está en que lo acepta.
No lo sabe, sí, pero tampoco lo pregunta.
Nada.

No hay comentarios: